Laska - K. Webster

Josephine.
Mudarme a un pueblo pequeño para un nuevo trabajo era lo único en lo que debía concentrarme. Pero la primera vez que veo a Gabe, todo eso se va por la ventana. Es el dueño de un garaje en el pueblo que ahora llamo hogar, y me llena la cabeza imaginando las cosas sucias que me haría con esas manos manchadas de grasa. La forma en que me mira me hace sentir como una mujer, como si me desnudara con los ojos... como si pudiera enseñarme un par de cosas sobre lo que un hombre de verdad hace con una mujer en su cama. No me importa si estar con él es rápido o repentino. Quiero que me devore.
Gabe.
La primera vez que veo a Josephine, sé que será mía. No me detendré hasta que lo sea. Quiero poner mis sucias manos sobre ella. Quiero hacer que su piel pálida y cremosa se oscurezca por la grasa, y se ponga roja por sujetarla. Y haré todo eso, porque no hay forma de que me retire, no hasta que sepa que la tengo.