Laska - K. Webster

Una traición...
Todo lo que Poppy ha creído es mentira, incluido el hombre del que se estaba enamorando. Impulsada entre quienes la ven como un símbolo de un reino monstruoso, apenas sabe quién es sin el velo de la Doncella. Pero lo que sí sabe es que nada es tan peligroso para ella como él. El oscuro. El príncipe de la Atlántida. Él quiere que ella pelee con él, y esa es una orden que está más que feliz de obedecer. Puede que la haya tomado, pero nunca la tendrá.
Una elección...
Casteel Da’Neer es conocido por muchos nombres y muchas caras. Sus mentiras son tan seductoras como su toque. Sus verdades tan sensuales como su mordisco. Poppy sabe que no debe confiar en él. La necesita viva, sana y completa para lograr sus objetivos. Pero él es la única forma de que ella obtenga lo que quiere: encontrar a su hermano Ian y ver por sí misma si se ha convertido en un Ascendido sin alma. Trabajar con Casteel en lugar de contra él presenta sus propios riesgos. Todavía la tienta con cada respiración, ofreciéndole todo lo que siempre ha querido. Casteel tiene planes para ella, planes que podrían exponerla a un placer inimaginable y a un dolor insondable, planes que la obligarán a mirar más allá de todo lo que ella creía saber sobre sí misma y sobre él, planes que podrían unir sus vidas de maneras inesperadas para las que ninguno de los reinos está preparado. Y es que es demasiado temeraria, demasiado hambrienta, como para resistirse a la tentación.
Un secreto...
Pero los disturbios han crecido en Atlantia mientras esperan el regreso de su Príncipe. Los susurros de la guerra se han vuelto más fuertes, y Poppy está en el centro de todos. El rey quiere usarla para enviar un mensaje. Los Descenters la quieren muerta. Los lobos se están volviendo más impredecibles. Y a medida que sus habilidades para sentir dolor y emoción comienzan a crecer y fortalecerse, los Atlánticos comienzan a temerla. Oscuros secretos están en juego, unos sumidos en los pecados bañados en sangre de dos reinos que harían cualquier cosa para mantener oculta la verdad. Pero cuando la tierra comienza a temblar y los cielos comienzan a sangrar, puede que ya sea demasiado tarde.