Conor Edwards es habitual en las fiestas de Greek Row... y en las camas de las hermandades de Greek Row. Él es de quien te enamoras antes de que aprendas que los tipos como él no le dan una segunda mirada a las chicas como yo. Excepto que el Señor Popular me lleva a dar una vuelta en lugar de reírse en mi cara, y me hace un favor al dejarme llevarlo arriba para fingir que estamos ocupados. Aún más loco, quiere seguir fingiendo. Resulta que a Conor le encantan los juegos, y cree que es divertido tirar la lana a mis amienemigas.
Pero resistirse a su encanto fácil y su atractivo de surfista es casi imposible. Aunque me doy cuenta de que hay mucho más en la historia de Conor de lo que su club de admiradoras puede ver. Y cuanto más dura esta tonta artimaña, mayor es el peligro de que todo explote en mi cara.
Mil gracias a MD!
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