Cameron, el Duque de Athelby es un hombre que se atiene a las reglas. Siempre. Ha vivido a través de las consecuencias de lo que la rebeldía, el descuido y la falta de respeto por la posición social de uno mismo puede hacerle a una familia. Es por ello que cuando ve a Darcy de Merle bordeando los límites de la respetabilidad, sólo entiende correcto recordarle las etiquetas propias a las que debería adherirse.
Darcy se niega a permitir que otro hombre le diga lo que debe hacer. Cuando el Duque de Athelby le reprende durante cada uno de sus encuentros, recordándole de sus fallas en las formas de alta sociedad, bueno... sólo hay una cosa que puede hacer al respecto: seducir al Duque y mostrarle que hay más en la vida que solo la propiedad de las convenciones dispuestas por su esfera.
Una batalla de voluntades se lleva a cabo, donde todas las apuestas están hechas, numerosas reglas son rotas y el amor se convierte en la recompensa final.
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