Como presidente social de Sigma Beta Psi, soy el alma de la fiesta. Es por lo que se me conoce, y si no es divertido, no me interesa, así de simple.
No soy alguien que piense demasiado.
Así que cuando uno de mis hermanos se enrolla con un tío de otra fraternidad, me pilla desprevenido cuando no puedo dejar de pensar en ellos... juntos.
Sólo hay una manera de quitarme esta obsesión de la cabeza, y es lanzándome con los dos pies y ponerlo en práctica.
El problema es que el único chico que se anima a hacerlo es el último que me esperaba.
Brandon.
Ser gestor de riesgos de una fraternidad no es la idea de nadie de pasarlo bien. Mis hermanos se enfadan cuando les estropeo sus planes, y pelear con hermanos de fraternidad borrachos no es como me imaginaba mis noches de sábado del último año.
Estoy aburrido.
En la rutina.
Estudio, deberes de la fraternidad, planificación del futuro.
¿Cuándo me toca soltarme un momento?
Así que cuando mi hermano de fraternidad, tan tonto como los ladrillos, se pone a explorar la casa para experimentar un poco de diversión, lanzo la oferta como si no fuera la cosa más angustiosa que he considerado nunca.
Nunca imaginé que lo disfrutaría.
Mil gracias a ACR!
Publicar un comentario
Publicar un comentario