La nueva sheriff Bree Taggert acude a una llamada de Emergencias tras un tiroteo en un camping. Al llegar al lugar de los hechos, se encuentra con una escena desconcertante: no hay asesino ni víctima… ni siquiera hay sangre. Nadie salvo Bree da credibilidad a la única persona que ha presenciado lo ocurrido, Alyssa, una adolescente sin hogar que insiste en que vio cómo un hombre disparaba a su amiga.
Bree llama al exayudante del sheriff Matt Flynn y a su perro policía para que rastreen al asesino y busquen a la amiga de Alyssa. Bajo el hielo del lago Grey Lake, descubren el cadáver de un universitario desaparecido, con el rostro completamente desfigurado, pero no es la persona que buscan.
Cuando desaparecen otros dos estudiantes y la policía encuentra más cadáveres, Bree debe descubrir cuál es el vínculo que une a las víctimas. Solo tiene una certeza: los asesinatos están motivados por la rabia. Cuando Alyssa desaparece, Bree tendrá que luchar contra reloj para encontrarla antes de que su testigo se convierta en una nueva víctima.
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