Rafe era Marine y el mejor amigo de mi hermano. Me robó el corazón nada más conocerlo y me enseñó a dejarme llevar por mis deseos.
Le entregué todo, y un día sin más, me dejó pidiéndome que siguiera adelante.
Con los años intenté olvidarlo y me forjé una carrera como consejera del ejército. Ahora, Rafe ha regresado y una vez más nuestra atracción es instantánea.
Pero no hay manera de que nuestra relación pueda funcionar. No cuando hay tanto que nos separa.
Dicen que la guerra es un infierno, ¿pero no es el amor una tortura?
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