Archer se enamora de Madison desde el momento en que se conocen. El protocolo dice que no hay que dejar ningún testigo, pero él no se imagina haciéndole daño. En contra de su criterio, la deja marchar, pero no puede quitársela de la cabeza. Como un acosador, la sigue, asegurándose de que no diga nada de lo que ha visto.
Una noche la observa a través de la ventana del estudio mientras baila, es tan hermosa y angelical. Archer decide entonces que, sin importar el costo o la sangre derramada, ella será suya... su bailarina.
Mil gracias a LG!
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